De Profundis:
un pequeño adelanto de la obra antes de que cobre nueva vida en la Ciudad de México
Giorgia Ronda
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Con un grado en Lenguas y Culturas Europeas y un posgrado en Lenguas, Culturas, Comunicación, es autora de la avispada recopilación de cuentos Ronda de microrrelatos rebeldes.

Apasionada de literatura y artes en su totalidad, ha redactado columnas para una revista cultural y, con su primera novela, procura compaginar el desacierto y la insania, a través de un estilo escueto y ampuloso al mismo tiempo. 

En 2023, participó por primera vez del Festival CulturaUNAM. 

En un vertiginoso juego de luces y tinieblas, el actor francés Josselin Girard pone, tanto en escena como en tela de juicio, la iniquidad de la existencia humana. 

¿Cuán relevante es la influencia social a la hora de encementar la identidad individual? ¿Puede la literatura erradicar el desprecio? 

En un pequeño teatro de Francia, escondido entre las calles estrechas y empinadas de un pueblo que respira arte en su máximo apogeo, pude entrever la respuesta.

1) COORDENADAS PRELIMINARES DE LA OBRA

Como si de un espectáculo se tratara, me resulta imprescindible dividir mi disertación en distintos y contundentes actos. 

Para empezar, la dualidad blanco/negro señala la necesidad imperante de esclarecer el contraste, evidente e intenso, entre bien y mal, vida y ausencia de la misma. 

Es más, el tamaño del escenario, en el que se representó la pieza, encaja perfectamente con las dimensiones reales de una celda, oscura y fría, igual que tenebrosas y turbias aparecen las prisiones físicas y mentales. 

2) EL BINOMIO COMUNICATIVO VOZ-COLOR

Secundariamente, los matices de claros y oscuros que inundan la obra, junto con el tono de voz de Josselin, se entretienen a destiempo, como si fueran dos espejos mirándose de reojo, tanto más que, la mezcla poderosa que se genera, promueve y enfatiza la participación del público, quien empatiza con el protagonista hasta profundizar en las telarañas más inusitadas de su alma.

3) EL IMPETUOSO DESCARGO DEL AUTOR

La contrariedad de Oscar Wilde, dirigida a su ser amado, se convierte aquí en carta abierta a la sociedad de la época, con el afán de denunciar y exponer tanto la desestimación como la desconsideración colectivas, al cabo de una condición subjetiva propia de su individualidad. 

Además, no es baladí destacar la función dominante que desempeña el cristal rojo de la ventana que ilumina a Girard, el único elemento luminoso en la sala, a la hora de plasmar la ascensión del espíritu del autor.  

4) ¿EN QUÉ MEDIDA LA ESCENOGRAFÍA REVELA EL DOLOR DEL PROTAGONISTA?

En un vórtice infernal, el descenso de la identidad social de Wilde se corresponde, en el pequeño teatro de Francia, con su elevación más auténtica y grandiosa, cuando la voz del actor se levanta rebelándose, o revelándose, contra las vejaciones padecidas. 

Asimismo, es menester recalcar que, el decorado escueto del espacio alambicado que rodea al actor en escena, refleja la carencia de ornamentos identitarios en la vida de Wilde, socialmente relegado al margen de una cotidianidad detrás de las rejas (físicas y mentales). 

5) EL PAPEL TERAPÉUTICO DE LA LITERATURA (PARA ANIQUILAR EL DOLOR)

En tercer lugar, el movimiento corporal de Josselin, acentuado por su mirada, clavada en los ojos de la audiencia, redefine, desde una perspectiva desobediente, el concepto de sufrimiento. 

A este propósito, el libro que acompaña a Girard a lo largo de toda la función, podría remitir al acercamiento de Wilde con la religión o, también, al valor terapéutico de la escritura, cuya importancia reside en la superación del dolor, gracias al poder cicatrizante y reconstituyente del arte en sus incesantes formas.

6) ¿POR QUÉ EL TEXTO DE WILDE SIGUE SIENDO ACTUAL?

Es por eso que, la grandeza del texto de Wilde ha tenido la facultad de repercutirse en el presente, encerrando hoy una fuerte dicotomía entre la influencia social y la percepción individual, en contextos nuevos e inéditos, que, de muchas maneras, siguen acechando el florecimiento de la libertad personal, en el marco de las conciencias colectivas. 

Para finalizar, recordando lo que Jorge Luis Borges amaba aseverar, el arte surge de las relecturas de todo proyecto audiovisual y por ende, la literatura demuestra, una vez más, su capacidad para erradicar el desprecio, siempre que se configure como antídoto indispensable para cuestionar el límite entre olvido y memoria.

Al respecto, nuevas y sugestivas interpretaciones de la obra se darán el viernes 3 y el sábado 4 de octubre a las 6 pm y el domingo 5 a las 5pm en el Foro del Centro Universitario de Teatro en Ciudad Universitaria. Será una excelente e inmejorable ocasión para reflexionar sobre la volatilidad de las emociones humanas, en un mundo dominado por el recelo y el convencionalismo. 

¡¡¡NO SE LAS PIERDAN!!!

Créditos:

Imágenes de la obra durante su estreno en Francia (Philippe Hanula, 2021)