1984: la novela distópica de George Orwell aterriza en el Festival CulturaUNAM
Giorgia Ronda
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Con un grado en Lenguas y Culturas Europeas y un posgrado en Lenguas, Culturas, Comunicación, es autora de la avispada recopilación de cuentos Ronda de microrrelatos rebeldes.

Apasionada de literatura y artes en su totalidad, ha redactado columnas para una revista cultural y, con su primera novela, procura compaginar el desacierto y la insania, a través de un estilo escueto y ampuloso al mismo tiempo. 

En 2023, participó por primera vez del Festival CulturaUNAM. 

Entre los mejores cien libros de la historia, asevera Le Monde, cabe 1984, la aclamada novela de George Orwell, célebre escritor británico, publicada por primera vez en 1949.

¿Qué pasaría si el Gran Hermano controlara nuestras vidas?

Tras haber gozado de un éxito incontestable, gracias también a sus múltiples reescrituras, tanto en las pantallas cinematográficas como en los escenarios teatrales, la compañía francesa Collectif 8, 76 años después, se prepara para revivir el clásico de Orwell en la Ciudad de México, en el marco del Festival CulturaUNAM.  

EL GÉNERO DISTÓPICO: RASGOS PRELIMINARES

La grandeza literaria de 1984 reside en su representación pormenorizada del mundo durante la segunda mitad del siglo pasado, desde una perspectiva distópica. En otras palabras, se trata de una invectiva feroz contra los regímenes autoritarios, cuya sátira reiterada desentraña la pasividad de la condición "humana" frente a las sociedades totalitarias de la época, basadas en la completa y radical anulación de cualquier ideal de libertad.

La historia se sitúa en el año 1984, durante una guerra atómica que impone una nueva distribución del mundo: Oceanía, Eurasia y Asia Oriental. 

Asimismo, los relatos de Winston Smith y de Julia, miembro del círculo externo y encargada de la manutención de las máquinas respectivamente, buscan afianzar su personalidad, en el trasfondo impersonal en el que transcurre la vida de la población en Oceanía. 

ENTRAMADO Y SUS CLAVES DE LECTURA

La jerarquía social de 1984 define y caracteriza la vertiente inhumana de la colectividad, al cabo de un masivo procedimiento de aniquilación de las posibilidades de subsistir libremente. La vida sentimental de las personas, junto con el control individual de sus existencias, es reprimida por el Partido que gobierna en Oceanía. Es más, la única forma de amor tolerada admite una veneración recatada y exclusiva al Gran Hermano, el dictador todopoderoso que hilvana el hado de los acaecimientos históricos y decide su curso. 

Por consiguiente, la manipulación abrupta a la que se somete la población, más allá de alcanzar niveles extremos y peligrosos, arrastra las peculiaridades humanas, para convertirlas en meros autómatas, es decir, en bultos vacíos que deambulan silenciosamente, en un universo caótico de reproducciones.

¿CÓMO SE COMUNICA EN UN MUNDO DISTÓPICO?

En una realidad dominada por infinitas imágenes que idolatran al Gran Hermano, la frontera entre verdad y mentira se hace borrosa, hasta desaparecer y así configurarse como falsificación fehaciente, supuestamente respaldada por hechos verídicos y puntuales, hipotéticamente acontecidos a lo largo de la Historia. 

Dicho de otra manera, la proliferación de información engañosa se corresponde, en términos lingüísticos, con un idioma nuevo (newspeak), forjado con embustes y reconstrucciones establecidas para cancelar toda forma de pensamiento crítico y autónomo de sus habitantes (doublethink). 

La incorporación de un idioma escueto y unilateral, en su sentido más abstracto, fortalece el papel central de la propaganda, cuyo objetivo se vuelca en el desagüe cultural de los individuos.  

VALORES ARTÍSTICOS Y ESTÉTICOS DE LA OBRA

Una de las historias predominantes en la novela es, sin duda, la historia de amor entre Winston y Julia. Indisolublemente vinculada a la narración de disidencia del empleado Smith, ejemplifica la despersonalización de los seres humanos. Si bien en un principio los amantes deciden emprender su recorrido de alienación, respecto al sistema autoritario de Oceanía, no lograrán rebelarse por completo debido a la intransigencia política del régimen. Winston será agarrotado despiadadamente hasta renunciar a sus sentimientos por Julia y, antes de cruzar el umbral por última vez, se quedará observando, con involuntaria admiración, al Gran Hermano. 

Durante el estreno de la obra en Francia, la compañía francesa Collectif 8 supo poner en escena, de manera magistral, los efectos primarios y secundarios de la vigilancia autoritaria de 1984, reproduciendo en el escenario el intrincado laberinto de desorden y despotismo que caracteriza la pieza. 

Participan en la obra: Paulo Correia, Damien Remy y Judith Rutkowski, bajo la dirección de Gaële Boghossian. 

Los actores, colgados de una cuerda, reflejan y denuncian la fragmentación de la identidad humana, en un mundo mecánico en el que las personas se reducen a simples marionetas, cuyo albedrío escatima día tras día, hasta desvanecerse del todo. El ambiente cromático es oscuro, como si fuera una explícita analogía visual de la vida eclipsándose pausadamente. Al mismo tiempo, las cuerdas que atan a los protagonistas, arrojan luz sobre los hilos invisibles que rodean a la población de Oceanía, inmovilizada con destreza por el Hermano Mayor.  

LA LITERATURA COMO ANTÍDOTO CONTRA LA CENSURA

El potente mensaje que vehicula la novela distópica de George Orwell encierra y consolida su valor artístico y universal. Desparramadas por todo el texto, se aprecian alusiones específicas, no tan implícitas, a la escritura. Si bien la imaginación y la variedad lingüística no forman parte del universo totalitario de Oceanía, la resistencia de Smith cobra vida por medio de un diario, en el que solía apuntar los matices de su identidad. La imposibilidad de actualizar sus pensamientos disidentes sobre la marcha, por tanto, revela su incapacidad para desprenderse de la mirada supervisora del Gran Hermano. 

¿De qué sirve escribir si nos censuran el lenguaje? ¿La privación de la literatura, se puede manifestar, hoy, a través del espionaje, en el marco de las redes sociales?

Indudablemente, el libro de Orwell sigue siendo actual, abriendo paso a infinitas interpretaciones del mismo, dependiendo tanto del contexto como del momento histórico. Lo que sí es cierto, en cambio, es, una vez más, el auténtico poder testimonial y formativo de la escritura. 

Censurar la literatura, por ende, equivale a no conocerse nunca, a no apropiarse nunca de ninguna identidad social. Ahora más que nunca, es imprescindible reflexionar sobre el nivel de control ejercido en las sociedades del presente, con la esperanza de que podamos reconocer de antemano las amenazas del futuro. 

Por lo tanto, están todas y todos invitadas e invitados a que participen activamente en la representación teatral de 1984, el 9 y 10 de octubre a las 6pm y el 11 de octubre a la 1pm en el Teatro Estefanía Chávez en la Facultad de Arquitectura.

¡¡¡Anímense a vivir una experiencia inmersiva e intrigante en los recintos de la UNAM!!!

¡¡¡NO PUEDEN FALTAR!!!

Créditos: 

Imágenes de la obra durante su estreno en Francia (Collectif Huit, 2024)